Viaje a Eslovenia: Ljubljana, cuevas y costa

Viaje a Eslovenia: Ljubljana, cuevas y costa

¡Hola a todos!

Hoy vuelvo con la segunda parte del viaje a Eslovenia. Retomándolo donde nos habíamos quedado, estábamos en el último día en el Parque Natural del Triglav (el día 4) y nos quedaba todavía la mitad de nuestra ruta, que finalizaría en la costa.

Si no has leído el otro post, aquí tienes el link.

Después de disfrutar de un aperitivo en la orilla del Lago Bled, nos fuimos hacia la capital del país con algo de pena por dejar esos paisajes atrás y sabiendo que volveríamos.

Esa tarde básicamente hicimos un reconocimiento de la ciudad y planeamos las rutas que íbamos a hacer los dos días siguientes que disponíamos para la capital. Ljubljana (pronunciado Liubliana) es una pequeña ciudad, muy agradable y con un paseo bonito para hacer por el casco histórico, pero sinceramente, a penas se necesitan días para visitarla. Nosotros con 2 días hicimos bastante. La primera tarde nos situamos y vimos que teníamos tiempo suficiente y decidimos que podríamos hacer una excursión de un día a la parte este del país.

Día 5. Día entero en Ljubljana

Nos despertamos y ¡oh! es mi cumpleaños así que lo primero que hicimos después de haber visto el día anterior las sofisticadas pastelerías de la ciudad, fue buscar una cerca del apartamento para desayunar un buen trozo de tarta sacher. Después de haber muerto por chocolate, empezamos nuestra ruta por la ciudad.

Lo primero que hicimos fue subir en el teléferico al castillo y visitarlo. Un castillo totalmente reformado y turístico, lo único que nos llamó la atención fue la capilla.

Después de comer en un restaurante alejado de la zona más turística, cambiamos totalmente de escenario y nos dirigimos hacia Metelkova, un área urbana en la ciudad con un ambiente cultural, creativo y artístico. Es un sitio lleno de graffitis y composiciones artísticas alternativas y verlo es una experiencia rompedora. ¡Totalmente recomendable!

Arte alternativo en Metelkova
Arte alternativo en Metelkova

A parte de estas dos visitas, obviamente también paseamos por la ruta turística pero la verdad es que no recuerdo cuál día la hicimos y después, en todos los ratos que pasamos en la ciudad yendo a cenar y paseando coincidíamos varias veces por las mismas calles. Así que en esta ciudad podrás disfrutar y tomártelo con calma, porque se ve todo en poco tiempo.

Centro de Ljubljana
Centro de Ljubljana

Esa noche fuimos a cenar a un restaurante de sushi (Sushimama) que había en el centro, pero la verdad es que querríamos haber ido a Luda y no pudimos porque estaba lleno (¡hay que reservar!).

Después de cenar nos fuimos a dar una vuelta por la zona del río y las callecitas de alrededor y dimos con una zona de pubs donde tenían un escenario con música en directo.

El centro de Ljubljana por la noche

A lo largo del río hay varios bares chics donde tomar una copa y alguna discoteca un poco más alejada, después supimos que en Metelkova era donde había un ambiente más alternativo y juvenil.

Día 6. Día en Maribor y Ptuj

Amanecimos en Ljubljana y nos fuimos a explorar la parte este del país (la menos famosa) para poder conocer Eslovenia de una forma más general. Después de buscar información en internet decidimos ir a Maribor y Ptuj. Esta es una excursión opcional, nosotros al ver que nos sobraba tiempo queríamos ver más paisajes y más pueblos del país.

La zona este es llana y con viñedos. Las dos visitas que hicimos no tienen mucho a destacar a nivel monumental, cascos viejos bonitos para pasear y tomar unas cuantas fotos. Maribor con su río y su cepa de vino más antigua del mundo, y Ptuj con su castillo y la torre del reloj. Son paseos agradables pero no imprescindibles.

 

De todas maneras es interesante alejarse de lo más turístico y disfrutar de lo auténtico y poco transitado por turistas, y con esto me refiero a que en Maribor comimos en una “Gostilna” con muy buena relación calidad precio (las fotos que os mostré en el otro post).

Día 7. Rumbo a la costa

El séptimo día nos despertamos en Ljubljana y salimos de la ciudad rumbo al castillo de Predjama, un castillo del siglo XII “clavado en la roca”. Es el monumento más famoso del país, y como todo castillo tiene una leyenda, os la reservo para cuando lo visitéis.
La entrada al castillo son 13€ y creo recordar que  la combinan con la entrada a las cuevas de Postojna por algo más de 30€. Nosotros al leer los comentarios en tripadvisor decidimos ir a verlo por fuera y ya está.

El castillo de Predjama
El castillo de Predjama

Después del castillo, teníamos el día reservado a visitar una de las dos cuevas más importantes de Eslovenia: las de Postojna, las más famosas, o las de Skocjan. Después de buscar información, las dos visitas eran interesantes pero las de Postojna están muy preparadas, se visitan des de hace muchísimos años (uno de sus atractivos a parte de todo el patrimonio natural eran los graffitis del siglo XIX) y gran parte de la visita es en un trenecito. Finalmente entre una opción y otra, preferimos la más natural, las cuevas de Skocjan. (Aunque si hubiésemos tenido tiempo de visitar las dos lo hubiéramos hecho).

La visita a las cuevas de Skocjan tiene dos rutas: una en la que, siguiendo a un guía, visitas la zona de cuevas propiamente, es decir, las galerías con estalactitas y estalagmitas, donde no se pueden hacer fotos; y una ruta exterior por caminos entre rocas. La verdad es que a nosotros nos gustó mucho, la visita interior y sus grandes galerías que impactan al visitante y la visita exterior fue toda una aventura, pues cuando salimos del circuito interior (y vimos la luz) nos dimos cuenta de que el tiempo había cambiado y  tuvimos que acabar la excursión en medio de un chaparrón y una niebla increíbles, de ahí las siguientes fotos:

Después de visitar las cuevas, nuestro día aún no había terminado, seguimos la carretera hasta Portoroz, dónde teníamos reservado el siguiente hotel.

Una vez situados, acabamos la tarde yendo a Piran. Piran es un pequeño pueblo super turístico donde tienes que aparcar en la entrada y coger un bus hasta el centro para visitarlo. Pensad que cambiamos totalmente de escenario, la costa eslovena tiene mucho carácter veneciano e italiano por su arquitectura y su gastronomía respectivamente, y por lo que respecta a lo primero Piran es el rey. De repente sentirás que te has teletransportado a una pequeña Venecia.

La plaza más famosa de Piran
La plaza más famosa de Piran

Día 8. Día en Koper y su feria de pasteles

Se va acabando nuestro viaje y el último día lo aprovechamos para acabar de explorar la costa de 47km. Por la mañana dimos una vuelta en coche por la zona interior, buscando puntos de interés varios como la Piedra Krkavce,  una piedra de 3000 años de antigüedad y esencia celta.

Después de ir un poco ” a la aventura” fuimos a Koper a comer, un pueblo medieval en el que destaca la plaza principal con el famoso palacio Pretoriano y algún que otro edificio con aire veneciano, además de la antigua fuente de la plaza Preseren.  Es un agradable paseo por la historia, y lo que más nos llamó la atención fue descubrir que siglos atrás había sido una isla.  Os dejo una foto de sus calles medievales, para no desvelaros ya todos sus secretos.

Callecitas en Koper
Callecitas en Koper

Después de visitar el centro, fuimos a comer al puerto a una pizzeria. Y para después de comer, el postre. Me explico: nos enteramos de que estaban haciendo una feria de dulces en las afueras de la ciudad y fuimos caminando a un pavellón de deportes, alrededor de locales para disponernos a degustar varios postres, ¡una delicia! La fiesta se llama Sladka Istra y no teníamos ni idea de que se celebraba, ¡que buenas son las casualidades!

Nos llamó la atención que los eslovenos se llevaban como unas fiambreras con varios postres, como si fueran ya para toda la semana, esta gente es muy golosa. 😛

Después de empacharnos un poco, acabamos culminando el día visitando el último pueblecito que teníamos en nuestra ruta: Izola. Un pueblo pequeñito y muy mono que te transporta directo a Italia. Nosotros nos dimos un paseo hasta el puerto donde acabamos viendo una magnífica puesta de sol.

Izola
Izola
El puerto de Izola
El puerto de Izola
Puesta de sol en Izola
Puesta de sol en Izola

Día 9. vuelta

Un final ideal para nuestro slow trip, como conclusión tengo que decir que es uno de los viajes que más he disfrutado por la tranquilidad de tener tiempo suficiente para ver el país sin estrés y por la amabilidad y hospitalidad de su gente, ¡te sentirás como en casa!

¡Nos vemos en el próximo post aventurero!

Marina

1 comentario en “Viaje a Eslovenia: Ljubljana, cuevas y costa”

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